lunes, 26 de marzo de 2007

Mouni Baba y el agua que fluye


Aquí en Gangotri todo habla y sin embargo no se escuchan palabras.
Habla la montaña, sin palabras.
Habla el viento, sin palabras.
Habla Mouni Baba, también sin palabras.
Y por supuesto habla el río. Claro, sin palabras.
No tiene sentido enumerar todas las cosas que hablan sin palabras, pues sería tedioso. Tal vez un palabrerío mudo.
Pero si quizá encuentro con sentido compartir algunas de las reflexiones que me dejó el río.
Llegué a Gangotri de noche.
Vi el río con las pocas luces, de entre las pocas que existen allí, que había prendidas a esa hora.
Era muy tarde.
Había viajado 11 horas por un camino bastante estresante.
Estaba muy cansado y me fui a dormir.
Pero a la mañana siguiente fui nuevamente a ver el río.
Tan solo unas pocas y profundas horas de sueño separaban aquel primer vistazo y este segundo.
Y el río, claro, era el mismo.
Sin embargo su agua no.
El agua que había visto pasar con tanta fuerza ya no estaba, corría por la montaña y seguramente estaba ya a muchos kilómetros de ahí.
Más el río seguía estando ahí.
Y seguía corriendo con fuerza.
Divagué en mi mente algunas mezclas de conceptos como la presencia de lo impermanente o la permanencia de lo no presente, pero encontré que no tenía sentido.
Allí vi en mi mente a Mouni, recordé su silencio, trate de imitarlo.
Lo logré con la voz, no tanto con la mente y el alma.
Y sin embargo era tan ensordecedor el río que mi poco logrado silencio interno no podía callarlo. Si yo fuera el río…¿Qué sería el agua para mi?
Tal vez un teólogo diría el espíritu divino que tiene cada ser,
un filósofo diría el alma, un médico la sangre,
un poeta lo poético y así desde distintos puntos de vista se podrían decir miles de cosas.
Pero como yo no soy ni teólogo, ni filósofo, ni poeta, no puedo decir ninguna de estas cosas.
Pero si, creo, que podríamos convenir que el agua es al río su esencia.
Y veo que su esencia esta corriendo, fluyendo constantemente.
Está en movimiento eterno.
Pues si el agua deja de moverse, el río deja de ser río.
Se convierte en lago, charco, laguna o lo que fuere.
Pero no es río.
Y veo también que en el Gangotri, donde nace el río Ganges, el agua es pura, transparente, cristalina.
Y luego, mientras viaja montaña abajo se va ensuciando,
llenando de sedimentos de erosiones,
se encuentra con el hombre e indefectiblemente con la suciedad.
Pero ni el río es el agua, ni el agua es la suciedad.
El río desemboca, termina, el agua sigue fluyendo, pura, siempre.
Para ese momento, en mi distracción y absorción, el río me salpicó una gota.
Y sin embargo yo no me sentí el río en si mismo.
Creí sentir que el río me contaba que el mayor pecado que un río puede cometer es creer que es la suciedad que se le tira y no, por el contrario, saber que no es la suciedad sino que está sucio porque cuando baja y se encuentra con los hombres empieza a jugar con sus reglas.
Y entonces es dual.
Y no implico de ninguna manera que el hombre es la suciedad, pues estaría cometiendo el peor de los pecados que un río puede cometer.
Y porque no siento de ninguna manera que así sea.
Entonces se puede ensuciar el río, pero no es la suciedad, siempre y cuando no se olvide de su origen puro y no se deje estancar.
Creí entender que algo así nos pasa.
Que vivimos en un mundo dual, de cosas no muy lindas y otras bellas,
pero no somos ninguna.
No somos ni bellos ni horribles.
Somos esencia pura que toma formas bellas u horribles,
y a veces ambas.
Pero que a diferencia del río podemos decidir si tirar y/o recibir basura.
Podemos elegir ser limpios o contaminados.
Pues es el hombre el que contamina y también el que sanea.
Pero nunca es limpieza o contaminación, es siempre esencia pura.
Siempre y cuando recuerde y
deje pasar el caudal de pureza del que viene y es parte.
Por eso Ganga es caoaz de limpiar los cuerpos y las almas
de contemplar tu nacimiento y acompañarte en tus muertes.
A ese rio que es sagrado, que fluye y fluya como la vida,

todas las vidas, mis reverencias.

domingo, 25 de marzo de 2007

Una Historia en Silencio

Por la cornisa.
Entre la ladera y el precipicio.
Por la nube.
Entre el cielo y la nada.
Por lo maravilloso.
Entre lo mágico y lo absurdo.
Por el verde.
Entre el verde y el verde.
Así se llega a Gangotri.
Gangotri es un pueblo que se insinúa en el nacimiento del Ganges.
Allá, a tres mil y pico de metros de altura en los Himalayas.
No solo es extremo el eje “y” por tamaña altura, sino también el eje “x” pues es bien adentro en la montaña, casi llegando a Nepal.
Como decía, allí nace el Ganga.
También nacen y viven muchas personas.
Las montañas son las murallas.
Las nubes el techo corredizo.
El río el corazón que bombea con la fuerza suficiente para dar vida a Gangotri y a toda la India hinduista.
Y yo…bueno yo, una vez mas, un pequeño observador deslumbrado de tanta luz.
Pero allí en Gangotri, el lugar, el río y la belleza no son los únicos “deslumbrantes” para este deslumbrado. Pues tan misteriosos, poderosos, desafiantes y profundos como el río, las montañas y las nubes son los Babas que allí viven.
Pero, ¿Qué es un Babas?
Es la pregunta obvia. No tan así es la respuesta.
Un Baba es un hombre que se ha entregado.
Un renunciante.
Y no uno que renuncia de una manera hollywoodense a sus posesiones materiales en un acto de frenesí y de entrega al delirio místico en cuerpo y alma.
Es un renunciante verdadero.
Un hombre que renuncia a si mismo.
Renuncia en todo aspecto.
No renuncia a lo material, renuncia a la materia.
No renuncia a los pensamientos (la casi imposibilidad de la mente en blanco), renuncia a la mente.
No entrega su espíritu para darse cuenta que es Dios.
Renuncia a la idea de querer ser Dios.
Y tal vez así es más Dios que el resto.
Renuncia a su propio ser.
Y se dedica a hacer.
Y ¿Qué hace?
Bueno, lo que cualquiera que renuncia a la materia, a la mente y a la idea de ser Dios metálico y de marquesina…busca encontrar a Dios y establecer cada vez mas una cercana relación.
Pero hay muchas formas de hacer esto.
Hay muchos tipos de Babas.
Están los que meditan, los que rezan, los que ayunan, los que peregrinan, etc. Pero entre los babas que conocí y que tanto me llamó la atención y el corazón hace algo distinto:
Calla.
Si, Mouni Baba solo calla.
Muoni significa silencio.
Muoni Baba no habla desde hace mucho.
Unos dicen 11 años, otros 20, otros mas.
Pero Muoni no dice nada. Nadie sabe bien y realmente no importa, ahora…
¿Por qué no habla?
La verdad no lo se.
Ni idea.
¿Será que no tiene nada que decir?
No creo pues aunque no habla comunica mucho.
Tal vez solo dijo (bueno pensó):
“Si la montaña es tan sabia y no habla, ¿porque debiera yo hacerlo si quiero ser sabio?”
O pensó:
“Si el río es tan experto en fluir, pues sabe ser ruidoso y potente, silencioso y calmo. Ancho y angosto o lo que sea que sea. Se adapta perfectamente y tiene siempre claro a donde ir. Y no habla. Si yo quiero fluir ¿porque habría de hablar?”
O tal vez pensó:”
Si la nube es tan vasta y no habla, ¿Por qué habría yo de hacerlo si quiero ser vasto?” De todas formas tanto las montañas, el río y la nube hablan, pero no con palabras.
O será que vio que en el mundo, cada vez que se habla se genera una paradoja, un doble sentido, un doble estándar.
Entonces pensó que la mejor manera de no ser ambiguo y ser sincero era callar.
¿No habla porque entendió que primero debería escuchar?
¿Será que no habla para no tapar la voz de Dios que suele ser un susurro? ¿Calla porque entendió que las palabras pueden herir más que las peores armas?
Por qué convengamos que una palabra puede doler. Una palabra puede destruir. Y lo peor de todo: No mata.
Solo se queda enterrada allí donde los dolores más duelen. Donde no se controlan ni ven. En lo profundo. Ahí entre en pecho y la espalda. Entre lo infinito y el alma.
Las palabras pueden ser escupidas al cielo que nos llevan a miles de diluvios universales que nos mojan pero adentro del cuerpo. Nos come por dentro. Como el óxido. Las palabras pueden ser asesinas de guantes blancos. Bisturís en manos de cirujanos.
¿Será por eso que evita las palabras?
(El silencio de Muoni Baba es un canto al cielo por recuperar la pureza original de la mirada?)
Pero a pesar de todo lo que podamos conjeturar de porque no habla, lo que mas me llegó de él fue lo que me dijo no diciendo nada.
Me dijo:
Que una mirada te llega donde no lo hacen las palabras.
Me dijo:
Que este tranquilo que rezaría por mí.
Me dijo:
Que le saque fotos, que no le molestaba.
Me dijo:
Que esa mirada la iba a mantener en las fotos también.
Me dijo:
Que la montaña le había contado secretos.
Que el río lo abrazaba seguido.
Que a la nube le gustaba bailar dentro de él.
Me dijo:
Que estaba en buenas manos.
Me dijo:
Que el mundo es bello.
Que algunos colores son imperceptibles.
Que siendo las envidias ignorancia como a veces los ignorantes nos dan envidia.
Me dijo:
Que el espíritu vuela como barrilete si la cordura es la cuerda. Y que uno debe aferrarse a esa cuerda para ser espiritual. Si uno le afloja a la cordura se van espíritu y cordura.
Me dijo eso y tantas cosas.
Pero no me dijo porque no hablaba.
La verdad, con todo lo que me dijo ya no lo quería hacer hablar más, y eso que no dijo ni una palabra.
(Del Diario GVY Yatra 2006 )

Mouni Baba escribe para GVY


Baljit Bharat Das, conocido como Mouni baba, tiene su centro espiritual en Gangotri, a 3200 metros en los Himalayas, en la frontera con Nepal. Es reconocido por los otros Monjes y Yoguis del lugar como el "maestro del silencio".
Durante el mes de septiembre del 2006, Mouni Baba espero a los devotos de Sri Gayatri en la puerta y los alojó compasivamente en su Ashram.
Luego de compartir maravillosas horas donde el viento, el silencio y el murmullo del Ganga descendiendo de las eternas masas de hielo, nos habla de Dios; escribió el siguiente mensaje para los devotos:

Tulsi Das, dice: si tú bebes agua del río, no pienses que puedes absorber todo el agua. No, el río seguirá su curso.
Si tu elevas plegarias a Dios, no lo hagas solo por el dinero.
Si tú encuentras a un pobre hombre y moribundo y no lo socorres, eso no es dharma.
Si tú encuentras a un hombre en problemas y no lo ayudas, eso no es dharma.
Que todos seamos felices, que todos disfrutemos de prosperidad, que el hombre encuentre el camino de la paz, que aceptemos con alegría el camino hacia Dios, que tu maestro sea el centro de tu vida.
(Escrito de puño y letra por Mouni Baba en presencia de Haripada Acharya y Ekadeva Acharya)

Mouni Baba autorizo especialmente a Haripada Acarya y Ekadeva Acarya, publicar sus fotografias y los sucesivos mensajes que enviara para los devotos de Gayatri Vedanta Yoga.
Nosotros rendimos nuestras humildes reverencias a la santidad encarnada en nuestro Mouni Baba.